No es por nosotras, es por todas.
Esta es la historia de cinco mujeres luchadoras decididas a hacerse un hueco en la programación front-end. Aspiramos a unirnos a las referentes que nos han precedido en este mundo y allanar el terreno para las mujeres que vengan después. En tiempos de dificultades, sumamos energía y competencias para reinventarnos con más fuerza.
Somos valientes, independientes e incansables. Estamos preparadas, motivadas y sabemos sacarle el máximo partido a nuestros conocimientos técnicos y a las experiencias diversas de todas nosotras. Ofrecemos un trabajo de calidad (elegante y exquisito) porque le dedicamos esfuerzo, paciencia y ganas.
Nos enfrentamos a un ámbito tecnológico nuevo para nuestro equipo y con (aún) insuficiente presencia de mujeres, del que tenemos mucho que aprender, pero al que pretendemos aportar aún más. Las Chicas del Coding no conocen barreras.
Acostumbrada a tratar con todo tipo de personas, Arantxa es capaz de adaptarse a cualquier situación. Inquieta, trabajadora y friki (la respuesta es siempre 42), se atreve con una nueva profesión y dará lo mejor de sí. Le gusta leer, viajar, los días de lluvia y el buen café.
Araceli es Licenciada en Periodismo. Ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la comunicación empresarial, el diseño y la edición de libros. Es una apasionada de la tecnología, y no tiene miedo a lo desconocido, por eso ha decidido dar un giro a su vida y dedicarse a la programación. Le encanta el cine y la literatura sci-fi, es otaku y tiene tres gatos. ¡Larga vida y prosperidad!
Aunque se considere lingüista por vocación, a Milda siempre le ha atraído la ciencia y la tecnología. A fin de cuentas, ¡la programación une ambos mundos! Es una gata que camina sola: le gusta aprender idiomas, leer, intercambiar postales y hacer la Hulka en el gimnasio. No obstante, disfruta trabajando en equipo y es muy fiel a sus amigos y compañeros. ¡Que fluya el código!
Celia es traductora de carrera, pero también conoce bien el mundo de intervención social. No le asusta pasar horas ante una pantalla, ni enfrentarse a la frustración o al trabajo en equipo. Valora la independencia, el aprendizaje continuo y el apoyo entre compañeras. Apasionada de África Occidental, suele visitar la región cuando las pandemias no se lo impiden.
Irremediablemente curiosa y comprometida, Ana busca transformar(se) con lo que hace. Su recorrido por el tercer sector le ha llevado a ser resolutiva, trabajar en equipos diversos y a valorar el aprendizaje constante. Deseosa de nuevos retos, iniciarse en la programación front-end le realiza y da significado, al ganar independencia y romper con lo establecido.